Es la primera vez que hago esta tarta tan buena. La verdad es que siempre la he tenido en mente, pero por una cosa u otra, siempre la dejaba para mas tarde. Y ayer fue el día!!
Ya sabéis que me gusta indagar sobre el origen de los pasteles que hago, así que aquí va mi pequeño granito de arena para aquellos que no sepan nada sobre ella, o como yo, que no concebía la zanahoria como postre dulce, y sin embargo, me he asombrado muchísimo con su sabor en la repostería. La zanahoria ya se venía utilizando en la Edad Media, en esa época, los endulzantes eran escasos y muy caros, no todo el mundo se podía permitir el lujo de utilizarlos, y fue entonces cuando vieron a la zanahoria como un buen sustitutivo del azúcar, por ejemplo.
La popularidad de este pastel surgió del Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial, pero fue a mediados de los 60 cuando empezó a aparecer en los Estados Unidos, y desde entonces, hasta la fecha de hoy, es uno de los pasteles mas consumidos en ese país. Aunque me consta que en muchos países europeos también es un postre muy consumido como Francia, Alemania, Suiza.....
Ni que decir tiene, que es una receta muy sencilla de hacer, y ademas tiene infinidad de formas de presentación. Aquí os paso la mía
INGREDIENTES: Para dos moldes de 18 cm. o tres de 15 cm. de diámetro
Para el bizcocho:
200 gr. Harina
2 Cucharaditas de levadura
1 Cucharadita de canela
3 Huevos
180 ml. Aceite
225 gr. Zanahoria rallada
200 gr. Manzana picada
180 gr Azúcar
Para el relleno:
125 gr. Mantequilla temperatura ambiente
300 gr. Azúcar glas
125 gr. Queso cremoso
2 Cucharadas leche (Opcional)
Para la decoración:
Zanahorias de fondant
Lo primero, y como siempre, precalentamos el horno a 180º C. Engrasamos los moldes que vayáis a emplear, yo en mi caso, fue dos de 18 cm. de diámetro.
Tamizamos la harina con la canela y la levadura, y reservamos. En un bol, batimos los huevos con el azúcar y el aceite hasta que estén bien integrados. Incorporamos la harina y batiremos a velocidad baja, hasta que esté bien mezclado, y seguidamente echamos la zanahoria y la manzana. Esto último lo incorporamos con una espátula. Una vez mezclado, vertemos en los moldes a partes iguales, y metemos en el horno durante 25 - 30 minutos. Mientras tanto, preparamos la crema de queso. Primero, tamizamos el azúcar y volcamos en un bol junto con la mantequilla y batimos a velocidad máxima hasta que veamos que la crema queda blanquecina y cremosa, si vemos que cuesta un poco, echamos la mitad de la leche para favorecer la crema, si aun así queda dura, echamos la leche restante, añadimos el queso, que deberá estar muy frío, y batimos a velocidad baja primero y aumentándola hasta que veamos que la mezcla está homogénea y cremosa.
Tener en cuenta que cuanto mas batimos, mas consistente será la crema. Una vez hecha, la metemos en la nevera hasta su utilización. Una vez hecho los bizcochos, dejamos enfriar durante cinco minutos en la bandeja del horno.
Y después traspasamos a una rejilla hasta su total enfriado. Cuando ya estén totalmente fríos, procedemos a montar la tarta. Hay gente que simplemente la cubre con la crema de queso y la deja lisa.
Yo opté por echar la crema a una manga pastelera y con boquilla en forma de estrella. Igualaremos los bizcochos porque ya sabéis que suelen salir un poco abombados. Colocamos uno de los bizcochos sobre el plato de presentación, y con la manga pastelera procedemos a rellenar, desde el centro hacia fuera, en la dirección de las agujas de un reloj.
Ponemos el segundo bizcocho y hacemos lo mismo.
Encima, le colocaremos las zanahorias de fondant.
Y lista para comer!! Ya veis que el proceso no es nada complicado, y la verdad que, solo por el olor que deja los bizcochos recién hechos, vale la pena hacerla.
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